Tazz y las musas

Si hay algo que realmente intimida a una persona que escribe es tener que enfrentarse a una página en blanco. Ese momento de bloqueo en el que las ideas no fluyen y parece que no sale nada es bastante horrible.

Cuando no te viene la inspiración esa página en blanco se puede convertir en el más oscuro de los agujeros negros. Un rincón sin salida. Una ola que te devora y de la que parece que por más que bracees no vas a poder salir a tomar una bocanada de aire. Nunca más.

Vale, quizás esté exagerando un poco (solo un poco), pero lo cierto es que es una putada. Y lo peor es que es un misterio. Porque lo mismo te encuentras aporreando como poseído las teclas del ordenador sin parar como puedes quedarte horas pasmado delante de una página de Word vacía. Esperando quién sabe qué.

Por eso este es un tema que a mí siempre me ha fascinado ¿De dónde vienen las ideas? ¿Cómo surgen el arte y la imaginación? ¿Se puede comprar un poquito por Amazon? (Ojalá) Pues lo que se creía en las culturas antiguas es que todo eso se origina gracias a las musas. Que eran esos seres mitológicos griegos causantes de la llegada de la inspiración en las artes.

Cuenta la leyenda que Zeus pasó con Mnemósine, la diosa de la memoria, nueve noches consecutivas que dieron fruto a nueve hijas: las musas. Obviamente esto por parte de Zeus no me sorprende (de hecho pocas hijas me parecen) Pero sí me resulta increíblemente poético que la inspiración surgiera fruto de la unión entre el poder máximo y la memoria. Como si al crear en realidad se escarbase entre los más poderosos recuerdos del pasado.

También se cuenta que Mnemósine era el nombre de uno de los ríos del inframundo. Los antiguos griegos creían que el alma de los difuntos bebía del río Lete para olvidar su vida y no tener recuerdos de ella al reencarnarse. Salvo en aquellos casos en los que al beber del río Mnemósine se seguía recordando todo.

Las musas estaban estrechamente relacionadas con todas las artes. Se dice que los reyes y los poetas podían hablar sobre ellas porque tenían una relación especial.

Están conectadas también con el dios Apolo, que tuvo romances y descendencia con cada una de ellas. Bonita también la unión entre la inspiración y una divinidad que representa entre otras cosas la luz, la verdad y la curación. Con el paso del tiempo la creencia en las musas se fue extendiendo y acabaron siendo muy importantes para el desarrollo de las artes en Grecia.

Cada una estaba relacionada con una disciplina artística en concreto. En lo que concierne a este blog, la musa de la historia y la poesía épica era Clio. Representada siempre con una corona de laureles, una trompeta en la mano derecha y un libro del historiador griego Tucídides en la izquierda.

Supongo que al final cada uno busca sus propias musas. Lo que mejor le funcione. Yo tengo que decir que, más que venir a verme Clio, sería más correcto decir que viene a visitarme Tazz.

Este cachorro malagueño recogido de la calle, mezcla de labrador y podenco, con ese nombre inspirado en el demonio de Tazmania que le viene que ni pintado, parece que estaba esperando el momento más oportuno para aparecer en mi vida.

Sus vivos ojos marrones, el contraste con su pelaje rubio, su simpatía, su rebeldía y su ilusión llegaron para cambiarlo todo de una manera que no podía imaginar. Y no lo digo sólo porque esa cosilla minúscula que vino ya de serie con terribles y afilados colmillos haya pasado de buscar un huequecito al lado de mi cuello a monopolizar media cama con el paso del tiempo.

Lo cierto es que he aprendido mucho de él. Es un perro que no sólo es que sea listo, es que además es bastante selectivo. Tiende a focalizar su atención en las cosas realmente importantes de la vida: La apertura de una bolsa de patatas, el pedazo de barra de pan que le asoma a un vecino de la bolsa de la compra, el sonido de la puerta de la nevera….Las cosas imprescindibles.

Lo que sí que tengo que reconocer es que cuando le veo robar un palo al perro más grande del parque (porque supongo que con un chiguagua no tiene la misma gracia), ponerse a correr alrededor suya y tantearle me da la risa. Y cuando acto seguido le deja el palo bien cerquita esperando a que vaya a por él para entonces recuperarlo y salir por patas, no puedo evitar sentirme reflejada. Admito que me hace gracia que los dos seamos igual de juguetones (por decirlo de alguna manera)

Para qué negarlo, Tazz es un liante. Es como el típico amigo que siempre tiene ganas de cachondeo y te pincha con comentarios como venga va, la última y nos vamos. Pero nunca es la última.

Lo que sí que ha cambiado es que no es lo mismo llegar a casa y encontrarte con su cara de ilusión, sus orejas puntiagudas medio veladas y su cola disparatada cual metrónomo midiendo el compás de la bienvenida. Tampoco son iguales los descansos con él repanchingado todo cómodo encima mía.

Y lo cierto es que a la hora de escribir las mejores ideas me suelen venir dando paseos con él. Mientras le veo olisquearlo todo y dar saltos como un cervatillo. Supongo que cuando tienes momentos de verdadera paz, no se necesitan ni siquiera a las musas.

4 comentarios en “Tazz y las musas

  1. Florentina Fernandez Diaz abril 24, 2022 — 9:20 am

    Cuanta inspiración…Está genial..me ha encantado.,,,a veces nos aparecen las musas…y Tazz que preciosidad ..y que listo que es…solo le hace falta hablar. Los perros también nos inspiran y son parte importante de nuestras vidas..

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    1. Claro que sí vivan los perretes 🎉🎉🎉 muchas graciasss ☺️

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  2. Joo Vero me ha encantado, que suerte Tiene Tazz de tenerte a su lado.

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    1. Suerte la mía☺️ Mil gracias por leermeee 😀

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